BIEN JODIDOS!!!

Soy idiota por “la gracia” de dios. ¡qué gracia!

Si me engañan una vez y les vuelvo a apoyar………soy idiota.

Si me engañan dos veces y les vuelvo a apoyar………soy bidiota.

Si me engañan tres veces y les vuelvo a apoyar………soy tridiota.

Si me engañan cuatro veces y les vuelvo a apoyar………soy ...............

Asi hasta el infinito............................................porque sigo apoyándoles.

domingo, 27 de abril de 2014

EL JEFE INFILTRADO



¿ Le chuparías el culo si tu jefe es uno más de la empresa, y tú no lo sabes?
Si la persona es la misma. ¿Por qué no te comportas igual de sumiso y obediente?
¿Y tú? ¿Reconocerías a tu jefe bajo cualquier disfraz?
Esta es una de las pruebas más difíciles a las que se puede enfrentar cada día el equipo de “El Jefe Infiltrado”.
Maquillaje, broncas, látex, tintes, látigos, sanciones, pelucas... todo es poco para evitar que los trabajadores de una empresa exijan sus derechos.
¿Te imaginas a tu jefe trabajando mano a mano contigo?. Yo tampoco.
Pues todo esto puede pasar en “El Jefe infiltrado”.
Denuncia todo lo denunciable, porque tu compañero puede ser tu jefe.
Lo que te vas a reír.
Programa con cámara oculta para reírnos.
PRESENTACIÓN DEL JEFE
Hola:
Soy el jefe de una empresa privada que realiza trabajos para organismos públicos.
Mis trabajadores son en su inmensa mayoría enchufados por los políticos de turno.
Para poneros al día os explico algo de la plantilla que tengo a mis órdenes.
El mando intermedio es familiar de un gerifalte del organismo público para el que trabajamos. (Trabajamos es un decir, porque yo no la clavo). Este mando intermedio hace lo que le da la gana y le pagamos muy bien por su labor. Tiene a casi todos acojonados, y esa es su labor.
El que he puesto como mano derecha de este responsable, utiliza los vehículos de la empresa para temas personales. También se dedica a jugar en horas de trabajo y a veces hace algo, pero tiene que ser un trabajo que le apetezca.
Entre los operarios, al ser todos enchufados por los políticos, hay muy pocos que trabajen, pero nos pagan igual.
Uno de los operarios, familiar de político, es un  inútil, vago y la mayoría de los días viene cogorza al trabajo.

Otro ha metido a su hijo, pero como no quiere trabajar, viene cuando le da la gana, pero esto entraba en el contrato.
El cuñado de otro político, dice que el trabajo es cansado y que no le presione, porque como se canse coge la baja.
El drogas, está toda la jornada bebiendo y fumando “maría”, y hemos recibido varias denuncias de los clientes, porque les amenaza. En los juicios le hemos defendido y jamás le hemos sancionado.
El primo, dice que o le damos el trabajo que le gusta o no hace nada. Y le dejamos que haga lo que le da la gana, y así viene más contento al trabajo.
Hay unos pocos que trabajan, pero me denuncian y se quejan bastante. No entienden que mantengamos a tanto enchufado, y que nos pasemos las leyes por el arco del triunfo.
Mejor no grabamos.
Y a ver cuando convencemos a los traba-joderos y hacemos el currela pringao-infiltrado, y que no sea la infiltración la consecuencia de un accidente de trabajo.

 

miércoles, 23 de abril de 2014

Sin trabajo


Cuentos anarquistas
Sin trabajo
Emile Zola

Por la mañana, cuando los obreros llegan al taller, encuéntranlo frío, como obscurecido con la tristeza que se desprende de una ruina. En el fondo de la sala principal, la máquina está silenciosa, con sus brazos delgados, sus ruedas inmóviles; y ella cuyo soplo y movimiento animan habitualmente toda la casa, con los latidos de su corazón de gigante e incansable en la faena, agrega al conjunto una melancolía más. El amo baja de su despacho y con aire de tristeza dice a sus obreros: -Hijos míos, hoy no hay trabajo... Ya no vienen pedidos, de todas partes recibo contraórdenes, voy a quedarme con las existencias entre las manos. Este mes de Diciembre, con el cual contaba, este mes que otros años es de tanto trabajo, amenaza arruinar las casas más fuertes... Es preciso suspenderlo todo. Y al ver que los obreros se miran unos a otros, con el espanto que les imbuye la idea de volver a casa, con el miedo del hambre que les amenaza para el día siguiente, añade en voz más baja: -No soy egoísta, no, lo juro... Mi situación es tan terrible, más terrible tal vez que la vuestra. En ocho días he perdido cincuenta mil pesetas. Hoy paro el trabajo para no ahondar más la sima; ni siquiera tengo los primeros cinco céntimos de la suma que necesito para mis vencimientos del 15... Ya lo veis, os hablo como un amigo, nada os oculto. Tal vez mañana mismo vengan a embargarme. No es nuestra la culpa, ¡no es cierto! Hemos luchado hasta última hora. Hubiera querido ayudaros a pasar días de apuro; pero todo ha acabado, estoy hundido; no tengo ya ni un pedazo de pan para partirlo. Después les tiende la mano. Los obreros se la estrechan silenciosamente. Y durante algunos minutos permanecen allí, mirando sus herramientas inútiles, con los puños cerrados. Otros días, desde el amanecer, las limas cantaban, los martillos marcaban el ritmo; y todo aquello parece que duerme ya en el polvo de la quiebra. Son veinte, son treinta familias que no tendrán qué comer la semana próxima. Algunas mujeres que trabajan en la fábrica sienten las lágrimas humedecerles los ojos. Los hombres quieren aparecer más resueltos. Se hacen los valientes, diciendo que la gente no se muere de hambre en París. Luego, cuando el amo los deja y le ven alejarse, encorvado en ocho días, abrumado tal vez por un desastre de mayores proporciones que las confesadas por él, van saliendo uno por uno, ahogados por la angustia, con el corazón oprimido, como si salieran del cuarto de un muerto. El muerto es el trabajo, es la máquina grande que permanece muda y cuyo esqueleto se destaca siniestro en la sombra.
El obrero está fuera de su casa, en la calle, en medio del arroyo. Ha paseado las aceras durante ocho días sin encontrar trabajo. De puerta en puerta ha ido ofreciendo sus brazos, sus manos, ofreciéndose él en cuerpo y alma para cualquier faena, para la más repugnante, la más dura, la más nociva. Y todas las puertas se han cerrado. Entonces se ofreció a trabajar por la mitad del jornal; pero las puertas permanecieron cerradas. Aunque trabajase de balde no le podría admitir. Es la paralización del trabajo, la terrible paralización que toca a muerto para los que habitan en las buhardillas. El pánico ha parado las industrias, y el dinero, cobarde, se ha escondido. Al cabo de ocho días todo ha concluido. El obrero ha hecho una tentativa suprema y ahora vuelve con paso tardo, con las manos vacías, abrumado de miseria. La lluvia cae; aquella tarde París, inundado de barro, aparece fúnebre. El hombre va andando, recibiendo el chaparrón sin sentirlo, no oyendo más que su hambre y deteniéndose para llegar menos pronto. Inclinase sobre el parapeto del Sena: el río, cuyo caudal ha aumentando, corre con un rumor prolongado; la espuma blanca se desgarra en salpicaduras en uno de los tramos del puente. Inclinase más, la colosal riada pasa debajo de él lanzándole un llamamiento furioso. Después, piensa que sería una cobardía y se va. La lluvia ha cesado. El gas flamea en los escaparates de las joyerías. Si rompiese un cristal, tomaría pan para algunos años con abrir y cerrar la mano. Las cocinas de los restaurantes se encienden; y detrás de las cortinas de muselina blanca, ve gentes que comen. Apresura el paso, vuelve a subir a los barrios expuestos, encontrando en el camino les asadurías y pastelerías del todo París comilón, que se exhibe a las horas del hambre. Como la mujer y la pequeña lloraban por la mañana, les ofreció llevarles pan por la tarde. No se ha atrevido a decirles que había mentido, antes de que anocheciese. Al ir andando, preguntase como entrará y qué les contestará para que tengan paciencia. Sin embargo, no pueden permanecer más tiempo sin comer. El probaría aún, pero la mujer y la pequeña son muy débiles. Un momento se le ocurre pedir limosna; pero cuando una señora o un caballero pasan a su lado y él intenta alargar la mano, su brazo se paraliza y la voz se ahoga en su garganta. Entonces permanece plantado en la acera, mientras los transeúntes adinerados le vuelven la espalda, creyéndolo borracho, al ver su feroz semblante de hambriento.
La mujer del obrero ha bajado a la puerta de la calle, dejando arriba a la niña dormida. La mujer es muy delgada; lleva un vestido de percal. El viento helado de la calle la hace tiritar. Ya no le queda nada en casa: todo lo llevó al Montepío. Ocho días sin trabajo bastan para vaciar una casa. La víspera vendió a un trapero el último puñado de lana de su colchón: el colchón se fue así; ahora no queda más que la tela. Allá arriba la colgó delante de la ventana, para impedir que entre el aire porque la niña tose mucho. Sin decir nada a su marido, ella también ha buscado por su parte. Pero la falta de trabajo ha alcanzado con más dureza a las mujeres que a los hombres. En la meseta de su cuarto oye a unas desgraciadas que lloran durante la noche. Encontró una de pié en el rincón de una calle, otra ha muerto; otra ha desaparecido. Afortunadamente, ella tiene un buen hombre, un marido que no bebe. Vivirían sin apuros si la falta de trabajo no les hubiese despojado de todo. Ha agotado el crédito: debe al panadero, al especiero, a la frutera y ya ni siquiera se atreve a pasar delante de las tiendas. Por la tarde fue a casa de su hermana a pedirle una peseta prestada, pero allí encontró también tal miseria, que se echó a llorar, sin decir nada, y las dos, su hermana y ella, estuvieron llorando mucho tiempo. Luego, al marcharse, la ofreció llevarle un pedazo de pan si su marido volvía con algo. El marido no vuelve. La lluvia cae; la mujer se refugia en la puerta; grandes gotas de agua caen a sus pies; un polvillo de agua atraviesa su falda. A ratos se impacienta, se echa fuera a pesar de la lluvia, va hasta el final de la calle para ver si ve a lo lejos al que espera. Y cuando vuelve, toda mojada, pasa la mano por sus cabellos para escurrir el agua; aun cobra paciencia, sacudida por cortos escalofríos de fiebre. Los transeúntes al ir y venir la codean y la pobre mujer se encoje cuanto puede para no molestar a nadie. Los hombres la miran frente a frente y a ratos siente alientos calientes que la rozan el cuello. Todo el París sospechoso, la calle con su lodo, sus claridades crudas y el rodar de los coches, parecen querer cogerla y arrojarla al arroyo. Tiene hambre, pertenece a todo el mundo. En frente hay un panadero, y la pobre mujer piensa en la pequeña que duerme arriba. Después, cuando al fin el marido aparece, rozando como un miserable las paredes de las casas, se precipita a su encuentro, y le mira ansiosamente. –¿Qué hay?– dice balbuceando. En vez de contestar, el obrero baja la cabeza. Entonces, la mujer sube la primera, pálida como una muerta.
Arriba la pequeña no duerme. Se ha despertado, y está pensando en frente de un cabo de vela que se extingue en un extremo de la mesa. Y no se sabe qué pensamiento terrible y doloroso pasa sobre la faz de aquella chicuela de siete años, con rasgos serios y marchitos de mujer hecha. Está sentada sobre el borde del cofre que le sirve de cama. Sus pies desnudos tiemblan de frío, sus manos de muñeca enfermiza aprietan contra el pecho los trapos con que se cubre. Siente allí una quemadura, un fuego que quisiera apagar. Está pensando. Nunca ha tenido juguetes. No puede ir a la escuela porque no tiene zapatos. Recuerda que cuando era más pequeña su madre la llevaba a tomar el sol. Pero aquello está lejos. Fue preciso mudar de habitación, y desde aquella época le parece que un frío sopló dentro de su casa. Desde entonces nunca ha estado contenta; siempre ha tenido hambre. Es una cosa profunda en la cual penetra sin poder comprenderla. Pues qué, ¿todo el mundo tiene hambre? Ha procurado, sin embargo, acostumbrarse a eso, pero no ha podido. Piensa que es demasiado pequeña y que es preciso ser grande para saber. La madre sabe, sin duda, esa cosa que se oculta a los niños. Si se atreviese, preguntaría quien nos trae así al mundo para que se tenga hambre. ¡Luego, en su casa todo es tan feo! Mira la ventana, donde el viento sacude la tela del colchón, las paredes desnudas, los muebles rotos, toda aquella vergüenza de buhardilla, que la falta de trabajo ensucia con su desesperación. Imagina haber soñado con habitaciones bien calientes, en las que había cosas que relucían; cierra los ojos para volverlas a ver, y a través de su párpados adelgazados, la llama de la vela se convierte en un gran resplandor de oro, en el que desearía entrar. Pero el viento sopla y por la ventana llega una corriente fuerte de aire que la produce un acceso de tos. La niña tiene los ojos llenos de lágrimas. Antes tenía miedo cuando la dejaban sola; ahora no sabe, lo mismo le da. Como no se ha comido desde la víspera, cree que su madre ha bajado a buscar pan. Entonces esta idea la divierte. Cortará su pan en pedazos pequeñitos, los irá cogiendo despacio, uno por uno. Jugará con su pan. La madre ha vuelto, el padre ha cerrado la puerta. La niña les mira las manos a los dos, muy sorprendida. Y como nada dicen, al cabo de un momento la pequeña repite con tono de canturria: –Tengo hambre, tengo hambre. El padre, en un rincón, se ha cogido la cabeza entre sus puños; allí permanece abrumado, sacudidas las espaldas por desgarradores y silenciosos gemidos. La madre, conteniendo sus lágrimas, acuesta la pequeña. La tapa con todos los andrajos que hay en la casa; le dice que sea buena, que duerma. Pero la niña, a la que le frío hace dar diente con diente y que siente el fuego de su pecho quemarla con más fuerza, se hace atrevida. Se cuelga del cuello de su madre y muy quedito: –Dí, mamá, le pregunta, ¿pero por qué tenemos hambre?

miércoles, 16 de abril de 2014

GUERRA MUNDIAL ZETA

 
AÑO 2014
Están como locos y es contagioso.
Están destrozando la tierra.
Ya no se comportan como seres humanos.
La O.M.S. Organización Mundial de la Solidaridad está buscando la vacuna.
Si podéis luchar, luchad.
Ayudaos unos a otros.
GUERRA MUNDIAL IDIOTA
Cuando el mundo comienza a ser invadido por inhumanos de mentes enfermas, el libertario de la P.U.S. - Personas Unidas y Solidarias, Anarquímedes Lomado, intentará evitar lo que podría ser el fin de la civilización, en una carrera contra la corrupción y la explotación.
La destrucción a la que se ve sometida la clase de los que se creen que ya no hay clases, o sea, la clase baja y la clase media, le hace recorrer el mundo entero buscando anarquistas y solidarios con propuestas, para terminar con la horrible epidemia capitalista que amenaza a toda la humanidad, intentando salvar la dignidad de millones de votontos.
Anarquímedes Lomado es un luchador, que lleva años denunciando los privilegios que generan injusticias.
Lo que ve cada día no le gusta nada, pero no tiene el apoyo de las personas afectadas. Personas que han perdido el trabajo, la vivienda, el sustento y hasta la dignidad.
Recordando la última manifestación, revive la salvaje actuación policial, ante personas que sólo piden subsistir.
Anarquímedes Lomado ha aprovechado la manifestación para motivar a los indecisos, para luchar por una vida digna. Ve que la sociedad está siendo atacada por inhumanos con mentes enfermas, y que la mayoría no hace nada.
AÑO 9014
Después de 7.000 años, los descendientes de Anarquímedes Lomado, han logrado concienciar y afiliar al 10% de la población mundial, y en una gran asamblea virtual les dicen:
Podemos empezar a hacerles frente a los inhumanos.
Éste es el principio.
Hemos perdido el tiempo.
Sabemos cómo empezó y no se hizo nada.
¿Hemos aprendido algo en 7.000 años?
Hace 7.000 años, unos pocos a los que casi nadie hizo caso, intentaron cambiar el mundo. Hablaban de autogestión, solidaridad y apoyo mutuo, y de “la idea” y de utopía. Y se reían de ellos.
Si podéis luchar, luchad.
Ayudaos unos a otros.
Estad preparados para lo que sea.
Nuestra lucha acaba de empezar.


Sólo podían perder la dignidad y la vida
Y lucharon
No seas cobarde.
Lucha.
Si luchas puedes perder.
Si no luchas, estás perdido.



miércoles, 9 de abril de 2014

El principio de Arquímedes


El principio de Aquí me des

Todo votonto compulsivo, cuando descubre que los suyos han mentido y robado, experimenta una memoria excepcional para acordarse de las mentiras y robos de los demás, directamente proporcional al escándalo de sus representontos.
En esta película aparecen los que no quieren que les den.
El título podía ser “No me des, ni al principio, ni al final”
El principio de Aquí me des es un principio idiota que afirma que: «Un cerebro totalmente convencido de que alguien tiene que gobernar y que hay que votarle, recibe un empuje hacia abajo, proporcional al número de votos recibidos por los que gobiernan.
Esta fuerza de los gobernantes recibe el nombre de “legitimidad total o de Aquí me des” y se mide en tontows.
El principio de Aquí me des en España, se formula así:
G + E + B + A.S. = PP
Gobernantes + Empresarios + Banqueros + Agentes Sociales = Privilegios Paellos
También se calcula de esta manera:
G + E + B + A.S. = PSOE
Gobernantes + Empresarios + Banqueros + Agentes Sociales= Privilegios Sólo Otros Espabilados
Donde tú eres el votonto compulsivo, PP, PSOE, CCOO y UGT son los representontos que se llevan los privilegios, enchufan a los suyos y se forran mientras te recortan y precarizan.
Y el resultado siempre es el mismo. Te dan, o sea, Aquí me des.
El empuje depende del porcentaje de votos emitidos, de la inteligencia del ser humano y la gravedad de la situación.
La idiotez del votonto compulsivo, actúa verticalmente hacia abajo y llega a un punto en el que recibe el nombre de esclavitud.
Algunas voces discordantes, afirman que se podría llegar a otro resultado, dejando de utilizar siempre la misma fórmula. Pero han sido desechadas por expertos que se llevan equivocando desde que existe el mundo.
Una de las cosas curiosas más conocidas del principio de Aquí me des, es cuando el idiota humano, cuenta la felicidad que le entra cuando ganan los suyos.
Mientras vota, le sube la moral, pensando el muy incauto, que las cosas van a cambiar, sin darse cuenta que la fórmula da siempre el mismo resultado.
Al restarle una parte importante de lo que el currela producía, para dárselo a los poderosos, se determinaba el poder de la corona y sus acólitos. Y debido a la poca presión de la mayoría, que seguía sumergida en su credulidad, su nivel de vida era desplazado hacia abajo, cada vez con más fuerza.


Aunque el principio de Aquí me des fue introducido como principio, de hecho puede considerarse un teorema demostrable a partir de las votaciones en la historia de los inhumanos, que como la mayoría estaba siempre en estado de reposo, no se notaba ningún movimiento que alterase la ecuación.
El orden de los factores no altera el producto.
Sólo altera la calidad de vida de los incautos, también llamados votontos compulsivos.


Los “No me des”

Los no me des, son personas que no les gusta que les den y promueven cambiar la fórmula para que el resultado sea otro.
Pero son minoría, porque este comportamiento es cada vez menor en el mundo. Se cree que sólo el 1% mundial lo practica.
Las autoridades prefieren llamarles “radicales extremistas revolucionarios”.
No convencen a casi nadie, porque la mayoría mundial prefiere obedecer, callar y que decidan otros.



miércoles, 2 de abril de 2014

JUGUETES


Los “engañines” juegan contigo.
Los ”Engañines” son juguetes fabricados por la empresa “capitalistas y listos”. Se venden muy bien porque los eligió mucha gente, y jugaron con ellos hasta hartarse.
Pese a su inutilidad, llegaron a venderse e incluso alquilarse, ya que la mayoría de consumidores los vieron como el juguete ideal para estar entretenidos.
Por su apariencia son listhíbridos y están fabricados de tres materiales: chupatintax-apropiadol, buitrex-trepañol y mentirosona-corruptón.
Muñecos interactivos y muñecos interpasivos
Estos muñecos están en el mercado para jugar a todo tipo de juegos. Lo mismo juegan a aceptar reformas laborales, que a firmar E.R.E.s, recortes y despidos.
Muchas personas los eligieron porque se creía, erróneamente, que jugando a las elecciones, podían arreglar la explotación y erradicar la esclavitud, por lo que muchas personas aceptaron que jugaran a su antojo.
Cuando se elige a estos muñecos, uno se convierte también en muñeco, manejable y pasivo, con lo que siempre salen ganando los mismos muñecos en todos los juegos.
Los ”Engañines” empiezan hablando normal, antes de empezar a jugar contigo, pero después, están programados para mentir cada vez más, con palabras simples y mentiras varias. Cuanto más tiempo llevan jugando contigo, más les cuesta decir algunas palabras, como la palabra “dimito”.
Lo peor de todo es que hay que darles siempre de comer, y son de pico fino, por lo que su mantenimiento sale carísimo.
LOS ENGAÑINES”
Hay más modelos, pero éstos son los que elige la mayoría
PSOE
  
UGT


CCOO

¿Quién juega con quién?
Los ”Engañines” son tus juguetes preferidos.
Si te sientes capitalista, o burgués o clase media, elige a tu monigote preferido.
Elígelos, juega con ellos y ellos jugaran contigo.
Ofertas y descuentos en exclusiva para fanáticos y votantes compulsivos.
Háblales, apóyales, vótales, y que jueguen contigo.
Y ya sabes: “Comen de la mano del capital” pero lo pagas tú.

EL CAPITAL
El capital es el jefe de los engañines. 
Él ordena y los otros obedecen.
 Y tú les das de comer
LES VAS A VOTAR Y TE VAN A ENGAÑAR
Esos a los que vas a votar,
todos los días te van a engañar.
Además de eso y gracias a vos,
te precarizan y despiden sin rubor.
Mi padre que está jubilao,
a él también le han recortao.
Además de eso y gracias a vos,
te mienten y te roban sin rubor.
Tengo una jornada fenomenal,
trabajo bastantes horas sin cobrar.
Además de eso y gracias a vos,
te insultan y desahucian sin rubor.
Tengo un miedo fenomenal,
no le pido al jefe ni el jornal.
Además de eso y gracias a vos,
te humillan y te hunden sin rubor.
Esos a los que vas a votar,
todos los días te van a engañar.
Además de eso y gracias a vos,
te precarizan y despiden sin rubor.
Además de eso y gracias a dios,
te despiden y desahucian sin rubor.
Sin rubor.
Sin rubor.
Sin rubor.
Sin rubor.
Y tu les votas con amor.
Para los “engañines”, tú eres su juguete preferido.




Me he encontrado unos condones para usar cuando te joden en el trabajo. Como se da por hecho que te van a joder, desde un sindicato, te dan el consejo para que te protejas. Me ha gustado tanto que me voy a enterar quien ese sindicato tan cachondo. Si alguno lo conoce, espero que me informe.