
….......Las
cabras salvaban el pellejo, se les daba de comer y se las guardaba
para la próxima tanda. Eran las llamadas “cabras de Judas”
LAS
CABRAS DE JUDAS = LOS AGENTES SOCIALES
Tradicionalmente,
el estado represor ha necesitado organismos para contener al pueblo.
Al principio eran el ejército y la iglesia. Los primeros reprimían
todo atisbo de insurrección de inmediato, por las bravas y con
castigos ejemplarizantes. Los segundos mantenían al pueblo demasiado
temeroso de Dios, demasiado culpables de su pobreza y demasiado
dependientes de la caridad que la propia iglesia les daba,
manteniéndoles controlados en los confesionarios, en las minas,
….........
Luego
nos mandaron para calmarnos a los cuerpos de represión por
excelencia, maderos, picoletos, geos y demás especímenes, que nos
han dado caña y leña por un tubo.
Más
adelante, en las sociedades democráticas, el sistema tuvo que
adaptarse a una nueva forma de represión. “Hay que hacer lo mismo,
sin que se note”.
Ya
no se pueden sacar así como así los ejércitos a la calle.
La
iglesia ha ido perdiendo poder e influencia y, en las grandes
ciudades, es más difícil controlar a los fieles, que cada vez son
menos.
Los
cuerpos de represión, también tienen su actuación más limitada,
pues cada vez que dan caña al obrero, son votos irrecuperables, y
eso es lo que más les duele.
Entonces
el represor inventó una nueva fórmula.
Si
en estas sociedades la mayoría de la población son la clase
trabajadora y sus familias, nadie mejor que sus representantes
(sindicatos mayoritarios) para llevarlos al matadero. Y así se hizo.
Primero se les financia, como a los antiguos cuerpos de represión,
se les hipoteca, se cambia la ejecutiva que no traga y después se
les exige.
Cualquier
parecido con lo que hacen los sindicatos mayoritarios con el
populacho, es culpa de la realidad.