
Los tir-anos existen, porque son mantenidos por la mayoría social.
Se les adora mientras anulan a las personas.
Se les apoya mientras nos hacen daño.
Se les saca brillo a los zapatos que nos pisan y patean.
Se les regala el poder para que nos humillen.
Se les ríen las gracias mientras nos roban.
Somos cómplices de todas sus injusticias, delitos y fechorías.
Cuanto más exigen y putean los tir-anos, más se les sirve, más se les ríen las gracias y más se les apoya.
Un tir-ano se derrota en el momento en que la gente deje de servirle.
Los idiotas siguen siendo idiotas hasta el punto de no hacer nunca el bien, y lo poco que tienen de inteligencia la usan para hacer daño a los demás.
Lo que hace la mayoría de las personas se llama: Obediencia “bebida”, porque se tragan el veneno de la obediencia y parece que les sabe hasta bien.
Están educados y terminan acostumbrándose a aceptar a los tir-anos. Por eso se dice que los idiotas son mayoría aplastante. Porque ayudan al que los aplasta.
La mayoría de las personas nacen siervos y se les educa para que sigan siéndolo. Por eso ante los tir-anos, dicha mayoría se vuelve cobarde. O sea: IDIOTA.
Las personas sumisas y sometidas son incapaces de revelarse y como los tiranos lo saben, hacen todo lo posible por entontecerlos más. Y terminan siendo más idiotas.
El idiota normalmente no se fía de quien le quiere bien y confía en quien le engaña.
Los cobardes no saben ni soportar el mal, ni luchar por el bien, que sólo se limitan a envidiar.
Mientras la mayoría aborregada se somete y mantiene a los tir-anos, otros prefieren acabar con ellos.
Las pocas personas inteligentes prefieren luchar contra los tir-anos y sus injusticias.
Y casi siempre son minoría. ¡QUE VERGUENZA!
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