MUJERES Y DISCRIMINACIÓN
Muchos
países mantienen la discriminación de las mujeres.
En Afganistán, el adulterio femenino es un delito común que
puede ser castigado con hasta 10 años de cárcel o, si se cumplen
ciertos requisitos probatorios, con la lapidación.
En Arabia Saudí las mujeres no pueden votar y ejecutan a
disidentes.
En
Camerún es
el marido quien decide si la mujer trabaja o no.
En
Chad,
solo el 28% de las mujeres saben leer y 7
de cada 10 niñas se casan antes de cumplir los 18 años, algo que
pone en grave peligro su desarrollo.
En
Chile el
marido es el titular de la custodia conjunta de bienes.
Egipto
es uno de los países en los que se producen más casos de
mutilación genital femenina.
En
Filipinas, la prostitución se define legalmente como un
delito que únicamente pueden cometer las mujeres.
En India
no se considera delito la violación en el matrimonio.
En Irán
las mujeres obtienen la condición de ciudadanas de segunda, son
obligadas
a llevar velo y a seguir un estricto código de vestimenta y,
como noma general, viven a la sombra de los hombres, porque necesitan
su autorización para estudiar, trabajar e incluso para participar en
eventos deportivos.
En
Jordania, la reina se declaraba activista de los derechos de
las mujeres y los niños, pero lo cierto es que su país es uno de
los que menos los respeta.
Líbano
permite el crimen de honor, por el cual un padre o un
hermano puede matar a su hija o hermana si sospecha o descubre que
ésta ha cometido adulterio.
En
Malasia las mujeres a menudo carecen de protección legal
frente a violaciones por parte de sus maridos.
Mali
es uno de los pocos países del
mundo en los que la
esperanza de vida de las mujeres es menor que la de los hombres:
la media de sitúa en los 48 años. Y se siguen sucediendo la
mutilación
genital y el matrimonio forzado de menores. En Marruecos
la tasa de analfabetismo en las mujeres se sitúa en un 74% y obliga
a las mujeres a casarse con su violador.
En
Nigeria la violencia intrafamiliar está permitida por ley.
En Nepal,
la mujer pierde su herencia cuando contrae matrimonio.
En
Pakistán sólo
el 25% de mujeres trabaja, frente al 85% de hombres y las asesinan o
las obligan a casarse si no son de la religión dominante.
Siria
es el país
con más refugiados del mundo: 6,6 millones de personas han tenido
que abandonar sus hogares para escapar de las atrocidades de la
guerra. Un 80% de ellas son mujeres y niños pequeños y están
expuestas a explotación y acoso sexual a través de las políticas
discriminatorias impuestas por las autoridades.
En
Sudán se
permiten los matrimonios forzados.
En Tonga,
excluyen de manera explícita en sus leyes sobre violación los actos
sexuales forzados en el matrimonio.
En Yemen
la ley estipula de manera explícita que las mujeres deben estar
disponibles para tener relaciones sexuales con sus maridos y que no
pueden abandonar el hogar conyugal sin permiso.