Así no, pero ¿así si?.
Nuestros queridos, amados y bienaven(tor)turados políticos y sindicalistos, no se ponen de acuerdo a la hora de ahorcarnos con la ¿última? reforma laboral.
Unos quieren aplicárnosla sin negociar, y los otros la quieren negociada.
Como ya tenemos la experiencia de todo lo negociado y aceptado anteriormente, no nos vamos a asustar de lo que puede salir de dicha negociación tan deseada por nuestros agentes suciales.
Nos ha ido tan bien con las anteriores reformas, con las ETT, con los ERE, con el salario mínimo, con la jubilación a los 67, con la eventualidad, con la precariedad, con el paro…………….
Ahora que nos han despedido, nos han echado de nuestra vivienda por no poder pagarla, nos recortan en sanidad, en educación, en dignidad, en salarios, en cobrar el paro, en indemnizaciones por despido………………………………… les volvemos a dar nuestro apoyo.
Ahora, como siempre, los que trabajan y producen pierden sus derechos, mientras los que pueden hacer favores consiguen beneficios para sus muchos vicios.
Ahora, como siempre, las personas honradas son tildadas de idiotas y los corruptos de pillos y listillos, a los que la mayoría apoya a cambio de algún favorcillo.
Ahora, como siempre, a todos a los que producimos algo, nos están recortando, y los que no producen nada más que sufrimiento, se están forrando.
Pero el ser humano, en su infinita inteligencia y demostrando que cuando uno se tropieza mil veces en la misma piedra, es culpa de la piedra, se para y piensa: Si la piedra no se mueve, yo tampoco.
Por eso mismo, a la hora de elegir entre una reforma negociada o sin negociar, el ser inhumano lo tiene claro. Siempre será mejor ahorcarse con material de calidad. Porque no es lo mismo.
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