EL CUENTO DE LA CENICIENTA QUE NO SE QUISO CASAR CON NADIE
Hubo una vez una bella llamada
Ana ArKía, que dicen que tenía varios padres y muchos se
acordaban de su madre.
- ¿Por qué la mayoría no me
apoya? –exclamó. De pronto se le apareció un solidario.
- No te preocupes -exclamó el solidario -. Tú estarás en la fiesta,
pero no en el baile, porque no te gusta
bailar al son del capitalismo salvaje, desigual, injusto y explotador.
Cuando apareció Ana ArKía causó honda sensación y repulsa. Al penetrar en la sociedad,
el rey y todos sus lameculos quedaron boquiabiertos e incrédulos de sus ideas, ya
que hablaron de ello toda la noche. Sus hermanastras de ideas, se preguntaban
quien era aquella vieja que parecía tan joven.
En medio de tanta critica, Ana ArKía oyó hasta amenazas de todo tipo.
¡Tengo que irme de aquí! –exclamó-.
Como una exhalación atravesó el
salón y bajo la escalinata, perdiendo en su huida un libro en el que aparecían
estos nombres: Pierre-Joseph
Proudhon, Mijaíl Aleksándrovich Bakunin y Piotr Alekséyevich
Kropotkin, que el rey
recogió asombrado.
En el libro
aparecían ideas muy revolucionaras en contra de la patria, de dios y del rey. Además hablaba de igualdad,
solidaridad y justicia.
Para encontrar a Ana ArKía y hacerla desaparecer, el rey con todos sus lameculos, idearon
un plan.
Se machacaría, difamaría y ningunearía a todas las personas que tendrían
esas ideas solidarias.
Enviaron a todos sus heraldos a recorrer
todo el reino. Los lameculos probaban ser solidarios en vano, pues no había ningún
lameculos a quien le encajaran esas ideas revolucionarias y solidarias. Para
ellos eran ideas de cristal.
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