LA
MAFIA Y EL QUEPONE
Mafia
es un término utilizado a nivel mundial que se refiere a una clase
especial de robo organizado, extendido desde su origen en los
gobiernos, también llamado cazo nuestro, o mordida. Sus miembros se
denominaban a sí mismos representantes del pueblo, es decir, que nos
decían que trabajaban para los demás.
Y
mientras se repartían los cazos, los enchufes y los negocios, lo
suyo era la “omertá”, la “pillá” y la “callá” o ley
del acuerdo.
La
“pillá” o ley del acuerdo, es el código de honor de los de
“Apaña” (país de apañadores), que prohíbe informar sobre los
delitos.
Esta
práctica está muy difundida en casos de delitos graves, donde un
testimonio o una de las personas incriminadas prefieren permanecer en
silencio por proteger a otros culpables.
El
pueblo y la mafia
Corleone
es una pequeña ciudad, conocida por ser la cuna de los jefes de la
mafia. La
mafia ha dominado la ciudad durante décadas.
El
ahorrador y la patria
Jordy
Puyolone
es un pequeño hombre, conocido por patriota, que sólo pensaba en la
patria, en la bandera y en trabajar gratis para su pueblo. Parece ser
que había comenzado un proceso ilegal intenso para quedarse con toda
la pasta de su patria y parece ser que la
mafia ha dominado la comunidad durante décadas.
¿El
chivato paga el pato?
Tras
un chivatazo, alguien colaboró con el juez y le explicó la
organización, el funcionamiento, las actuaciones y el modus
“arrapandi” que utilizaba la mafia. Fue la declaración de este
chivato, la que concienció al mundo de la existencia de una
organización criminal fuertemente jerarquizada y organizada llamada
Caciquismo Nuestro.
AL
CAPONE Y EL QUEPONE
Al
Capone
fue un famoso ganster, aunque él decía que era un vendedor de
antigüedades.
El Quepone,
era el nombre utilizado para nombrar al que entrega dinero a los
partidos políticos, aunque también se decía que era emprendedor.
Yo te la y tu me la.
El Quepone, también es
el nombre de cualquier empresario que regala dinero al poder, para, a
cambio, recibir contratos millonarios. Comenzó dando cantidades de
dinero a cambio de contratos públicos, antes de convertirse en
multimillonario.
Impuesto revolucionario
Pero nuevas investigaciones
descubrieron que muchas veces, El Quepone, tenía que pagar sí
o sí, porque la mafia política enviaba a sus matones-recaudadores,
para recoger su impuesto revolucionario.
Hay más mafias, pero son de
las nuestras. No es lo mismo.
Se sabe de la existencia de más
mafias y más mafiosos, pero según nuevas investigaciones, parece
ser que volverán a tener el apoyo de los que han sido robados, o
sea, por la ciudadanía votante, no se sabe si por miedo, por
dejadez, por interés, o porque el ser humano es el animal más
idiota del planeta.
Ante esta situación, se pedirá
el voto así:
“Si te gusta que te mientan y
te roben, VÓTAME”
Cualquier
parecido con la realidad, es culpa de la realidad.
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