BIEN JODIDOS!!!
Soy idiota por “la gracia” de dios. ¡qué gracia!
Si me engañan una vez y les vuelvo a apoyar………soy idiota.
Si me engañan dos veces y les vuelvo a apoyar………soy bidiota.
Si me engañan tres veces y les vuelvo a apoyar………soy tridiota.
Si me engañan cuatro veces y les vuelvo a apoyar………soy ...............
Asi hasta el infinito............................................porque sigo apoyándoles.
domingo, 19 de febrero de 2012
UN MUNDO LLENO DE IDIOTAS
IDIOTISLABIA
Existe un mundo en el que su población es mayoritariamente idiota. Está mucho más cerca de lo que se creía, y se llama Idiotislabia.
Idiotislabia, es un planeta idiota, porque gira sobre si mismo hasta marearse, y también gira alrededor del dinero. En su rotación y en su traslación se rigen las leyes laborales. Todos rotan de la miseria a la precariedad y se trasladan del paro a la sumisión.
El nombre Idiotislabia, viene de la labia de unos pocos, para mantener idiotas a muchos.
Aunque la mayoría se niega a reconocerlo, si naces en Idiotislabia, lo normal es que te llamen idiota. Por lo menos eso es lo que llevan haciendo los de la labia desde la prehistoria.
Su constitución sólo tiene un artículo que dice: OBEDECE Y CALLA.
La inmensa mayoría acata la constitución y está muy orgulloso de tenerla. Se aprobó con el 99% de los votos de los habitantes de Idiotislabia.
Los habitantes de Idiotislabia, lo primero que dicen, cuanto tienen conocimiento (cosa muy difícil de demostrar), es lo siguiente:
Primero apoyé, voté y me afilié a quien me llevó a la insolidaridad, precariedad y miseria, pero como yo era idiota, no me importó.
Empezaron, firmando una reforma laboral, pero como yo era idiota, no me importó.
Siguieron firmando moderación salarial, pero como yo era idiota, no me importó.
Luego, me firmaron otra reforma laboral, pero como yo era idiota, no me importó.
Después me implantaron las ETT, pero como yo era idiota, no me importó.
Y volvieron a firmar otra reforma laboral, pero como yo era idiota, no me importó.
Más tarde me congelaron el salario, pero como yo era idiota, no me importó.
Después me bajaron el salario y me aumentaron la jornada, pero como yo era idiota, no me importó.
Y unos pocos acaban diciendo:
Ahora, no tengo presente, no tengo futuro, no tengo dignidad y no quiero ser idiota. Ahora han venido a por mi, y me acabo de dar cuenta que soy un esclavo, pero me dicen que hay que luchar para dejar de serlo, ¿es demasiado tarde?
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Lo más difícil siempre ha sido ponerle el cascabel al gato, no tener la idea de ponérselo.
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