-Palabra de dios: “Aquí no se negocia nada. Se hace
lo que yo digo y ya está”.
Se dice que dios creó el mundo. Se dice que creó los montes,
los ríos, los mares, las plantas, los animales, las personas obedientes, los
explotadores, los esclavos, los dictadores, los ejércitos, las guerras, los
terremotos, los tsunamis, los volcanes, los gobernantes, los agentes sociales, las
elecciones políticas y sindicales, la sumisión y la voluntad. De la dignidad
humana no se sabe nada.
Se dice que creó a los demócratas y cristianos y para que las
personas obedientes y sumisas fueran felices, decidió que era mucho mejor que
dejaran en manos de otros el poder de decisión. Así que unos elegían y otros
eran los elegidos que decidían.
Además, las personas que se comportaban como animales, nunca
se daban cuenta que decidían lo que el creador había decidido que decidirían. Era
su voluntad.
A partir del día de la creación, la “chistoria” nos ha
demostrado que los grandes políticos y sindicatos no sólo se venden. También se
alquilan y se regalan al poder económico.
Judas fue un político y sindicalista precursor. Por unas
monedas mandó al traste el mejor convenio de la “chistoria”, pero creó conciencia
política y sindical.
Se inventó el primer partido político y sindicato, y le puso
el nombre de Pe.Do.-Pecadores
Domesticados.
Hizo carrera en el sindicalismo y la política y se presentó
en la candidatura de la empresa “Carpintería Jesús”, en la que se dice que trabajaban
12 currelas obedientes. Como no se presentó nadie más, porque Judas era el
candidato del jefe, se votó a si mismo y aunque nadie más le votó, salió
elegido por mayoría absoluta.
En su campaña electoral dijo: “Las
elecciones políticas y sindicales se crearon para salvar a los currelas
pecadores de las llamas del infierno laboral”.
Y en sus mítines decía. “Como os vais
a llevar todas las ostias, por lo menos que sean consagradas, por tu político o
delegado sindical salvador. Él te guiará. Déjate llevar”.
A Jesús, jefe de la carpintería, Judas le caía bien. Por eso
le utilizó, porque Judas, con su labia, convenció a todos de que luchaba contra
el jefe, cuando en realidad estaba haciendo lo que el jefe quería.
Todo lo que hizo el sindicalista y político Judas, en las
negociaciones y en el acuerdo final, era decidido por el gran jefe, y las
consecuencias las pagarían todos los demás, que gracias al acuerdo pactado,
tendrían que estar sufriendo y recibiendo ostias hasta el día de su muerte.
En los estatutos de su partido político y sindicato estaba
escrito lo siguiente:
“Currela
nuestro, que estás en las nubes, sacrificado sea tu puesto, venga a nosotros tu
voto. Hágase la voluntad del jefe y quédate más horas en el currelo. El voto tuyo
de cada elección, dánosle siempre y perdónanos si os vendemos, porque nos
promocionaremos, así como enchufaremos a los nuestros, y déjanos caer en la
tentación, y a ti y a los demás que os den, amen”.
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